El pecho lo forma la caja torácica, que soporta y protege el corazón y los pulmones, e incluye el esternón y doce pares de costillas, sujetas a la columna vertebral por detrás. La caja torácica dispone de 108 articulaciones que se hallan conectadas y sostenidas por medio de multitud de músculos. La elasticidad de dichos músculos y la flexibilidad de sus articulaciones es lo que nos permite el pleno uso de los pulmones y la libre circulación de aire por ellos. Al masajear con regularidad el pecho y los hombros del niñ@ se favorece esa flexibilidad y se contribuye a abrir y relajar la parte frontal de su cuerpo.
"La espalda"
Masajear los músculos de la espalda del niñ@ puede ser apaciguador y estimulante a la vez. Dependiendo de la presión del tacto, se alentarán todos los beneficios aportados por la relajación, coordinación y fortaleza.
Para este masaje se coloca al niñ@ boca abajo, bien en el suelo o en el regazo, con las piernas extendidas.
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